AlcaláDigital
07 de octubre de 2015

 


Javier Rodríguez, un funámbulista en la alcaldía
 
   
 
 
 
 
     

 
 

AlcaláDigital.- “Habilidad para desenvolverse ventajosamente entre diversas tendencias u, opiniones opuestas, especialmente en política”. Así define la Real Academia de la Lengua Española, a este tipo de personas que cuentan con esa ventajosa habilidad, y que le viene que ni pintada a nuestro alcalde, para definirle, ya que si llevar un gobierno es difícil en estos tiempos que corren, llevar tres, que es lo que a este hombre le ha tocado es para, quitarse el gorro.

Tres Gobiernos en uno y, uno solo verdadero, que es como equipararlo al Misterio de la Santísima Trinidad, que tanto cuesta entender a los católicos y, no católicos, sin recurrir a la teología, o la fe ciega.

Y es que, en estos tiempos de tensiones, disputas, portazos, separaciones y rupturas, en una sociedad en donde se baten record de información pero cada día se habla menos, y se aguanta más, lo de nuestro alcalde, tiene su mérito a un que solo sea por, llevar más de 100 días, al frente de 14 concejales, en donde, 7 son de un padre, los otros 6 de otra madre, y 1 adoptado. Un triunfo, en lo político, y en lo social que se seguir así a él le aporta estabilidad política, y a Alcalá, sosiego y templanza, que falta le hace a esta crispada ciudad, en donde hasta Bello, con su propaganda de los hermanos lobbystas, nos quiere vender que jamás ha roto un plato, cuando ha dejado Alcalá sin bajilla de tanto estropicio.

Pero no se crean que esto de unir lo desunido es casualidad. No ni mucho menos, ya que quien saben y conocen  la trayectoria de Javier Rodríguez, dentro de las filas del PSOE alcalaíno, pueden contar como entró en este partido que estaba dividido y Simancas le encargo que pasase el encantador de serpientes para primero tranquilizar a las diferentes familias, para más tarde presentarse a las elecciones municipales. Y lo consiguió, ya que sacó la serpiente, se puso a tocar la flauta, y con un olor a monasterio budista, calmó al abortado personal. A partir de ahí, lo suyo ya fue el alambre, y el ganar una, tras otras las diferentes elecciones dentro de la convulsa agrupación del PSOE de Alcalá, por más del 70 por ciento de margen a su más directo rival. Tomás Gomez y, Jabonero, hoy lo dos fuera del poder. Y así fue como Javier, comenzó a hacer funámbulista a pocos metros del suelo, para convertirse, 8 años después en alcalde de Alcalá, y  funámbulista de altura por la organización de la PSOE de Madrid, como se dice ahora. Una habilidad que a más de uno escuece y, a más de dos sorprende, en estos tiempos y en algunos partidos en donde las primarias no se llevan y, las decisiones se toman por huevos.

Una forma de llevar la política, que se tiene que reconocer le ha dado sus buenos frutos, pero es lo suficientemente, eficaz para reconocer que, por ahora y esperemos que dure mucho tiempo o toda la legislatura, esta funcionan de forma más que aceptable, ya que para desesperación de  la oposición, las grietas dentro del tripartito por ahora no han aparecido, y esperemos que en la tramitación de los próximos presupuestos que es lo más importante para un Gobierno, no aparezcan.  

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