El 1 de mayo de 2009, la Real
Sociedad Deportiva Alcalá, cumplió ochenta años
de existencia. En una fecha tan señalada de
1929, antaño día internacional de los
trabajadores, y ahora reconvertido en España en
día del orgullo sindical, el padre escolapio
Eusebio Gómez de Miguel, profesor de matemáticas
de la instalación escolar ubicada en el Colegio
de San Ildefonso, decidió federar a un equipo de
fútbol que había fundado cuatro años antes con
el nombre de Alcalá club de fútbol.
Y es que la historia del siglo XX
de Alcalá de Henares, con sus alegrías y sus
tragedias, no puede verse proscrita sin su
parcela deportiva.
El peso de esta "culpa" recayó
en la Real Sociedad Deportiva Alcalá. En estos
tiempos cuando el desarraigo de la población
cada vez es mayor y las ciudades crecen
indiscriminadamente, con políticos que gastan el
dinero en tener entretenida a la población
dotándoles de grandes complejos de ocio y de
deporte. A principios de siglo, Alcalá no era
casi nada, solo una ciudad de cuarteles,
cárceles y conventos, donde en sus calles se
pisaba el orín y las heces de los caballos,
cuando por las mañanas el despertar con el canto
del gallo había sido sustituido por el ruido del
cornetín o el tañido de las campanas, ya
existían personas que se preocupaban por la
salud y la formación atlética de sus vecinos. Y
en este aspecto, como en muchos otros, el
deporte en general y el fútbol en particular se
fraguó en los colegios de "curas". Bien es
cierto que la Iglesia a principios de siglo
tenía casi la exclusividad de la educación.
La introducción del fútbol de
España, como es conocido tuvo lugar por Huelva,
gracias a los ingleses que explotaban sus minas.
Cuán pandemia se empezaba a extender por todo el
mundo, y Alcalá no se iba a quedar al margen,
entre otras cosas, porque eso de tener un equipo
de fútbol en la población era un signo de
modernidad y progreso.
Allá por 1908, el "Eco
Complutense" publicaba un reglamento de fútbol
que pudo servir para fundar el Alcalá F.B.C.
Los primeros futbolistas
alcalaínos jugaban en páramos embarrados y
desolados, y siguiendo la moda del juego de
principios de siglo los partidos se hacían
interminables. Antes de reglamentarse el juego,
un inglés que jugó en el Real Madrid de
principios de siglo. Mister Arthur Johnson, tuvo
que crear unas normas, que fueron adoptadas por
los equipos de entonces.
Por su curiosidad paso a
describirlas.
NORMAS PARA
HACER UN BUEN FOOT-BALL
Primera:
Una partida seria no debería
empezarse a jugar sin que en cada team tuviera
elegido de antemano su respectivo jefe, para que
éste ordenara y distribuyera a sus hombres como
mejor tuviera por conveniente. Esta medida
tendría además la ventaja de evitar la excesiva
charla y discusiones que, por desgracia ahora
existen.
Segunda:
Los jugadores deberían jugar
siempre en el mismo puesto y no cambiarse de
unos a otros, siendo la principal ventaja de
esta medida el conocer cada jugador el juego de
sus compañeros y aprender a ayudarles en caso de
necesidad o peligro. El sistema empleado
actualmente de que cada jugador cambie
continuamente de sitio no es "foot-ball".
Tercera:
Los jugadores deberían emplear
más astucia y agilidad en volver la pelota al
juego cuando se sale de las líneas que limitan
el campo. Si se llevare esto a efecto, bastaría
con una hora u hora y media de juego, en lugar
de las dos o tres horas que ahora se emplean, y
que principalmente se destina a conversación,
fumar, etc.
Cuarta:
Debería también darse atención
a la "combination" (devolución de la pelota de
unos a otros jugadores), pues en la actualidad
brilla por su ausencia.
Como podrá observar el lector
de estas normas, los partidos se debían de hacer
interminables, dado el carácter español, no nos
extrañaría que los jugadores se fuesen a echar
la siesta, o se "hiciesen" sus partiditas de
cartas o dominó, de ahí estas normas.
Alcalá, como plaza castrense,
vio como la neutralidad del gobierno español
durante la primera guerra mundial, acogía a los
soldados alemanes procedentes de las colonias
africanas como el Camerún y los alojaba en el
cuartel de Mendigorría, antiguo colegio de
jesuitas en la calle Libreros, hoy facultad de
Derecho. La ociosidad de los soldados alemanes
hacía que se divirtieran dando patadas al balón,
ya con ciertas reglas y sobre todo con especial
habilidad. Los jugadores alcalaínos tomaron
buena nota de "sus maestros" y fueron
progresando, los retos entre españoles y
alemanes eran frecuentes, celebrándose buenos
partidos en un solar de las Eras de San Isidro
junto a la antigua plaza de toros. Los alemanes
fueron repatriados en 1919, después de pasar del
cuartel de Mendigorría al cuartel del Carmen.
En 1920 se fundó la Unión
Deportiva Alcalaína y en 1922 la Gimnástica
Alcalaína. En 1924, como hemos reseñado el padre
Eusebio, funda el Alcalá F.C., comenzando a
jugar sus partidos en la era del Pozo Artesiano.
Poco después el escolapio,
compró a la familia Casado un solar conocido
como "el Humilladero", un auténtico pedregal que
los alumnos se encargaron de limpiar de piedras.
Valló el terreno y el 1 de mayo de 1929, tenía
lugar su inscripción en la federación.
Al igual que ochenta años
después, en 1929 el mundo padeció su peor
crisis, cuando el 24 de octubre la bolsa de
Nueva York se hundió.
Se crearon en Hollywood los
premios a los profesionales del cine, conocidos
como "Oscar" gracias a la secretaria de la
academia Margaret Herwick, y la empresa
fotográfica Kodak lanzó los primeros carretes de
película en color.
En España, entonces ajenos a
la crisis, se inauguraban las exposiciones
universales de Barcelona y Sevilla, y fallecía
la Reina Cristina, madre del rey Alfonso XIII, y
regente durante 17 años.
En el mundo del fútbol, España
celebraba su primera liga, en primera división
participaron 10 equipos, y como ochenta años
después, la ganaba el Barcelona, con el Real
Madrid segundo, a dos puntos.
En Alcalá, y para no ser menos
con la moda de los equipos por anteponer a su
nombre el de Real. El presidente de la
Sociedad Deportiva Alcalá, Fernando Presas
solicitó a la Casa Real la concesión de tal
honor. El 20 de diciembre de 1929 salía de
Palacio por parte de la Mayordomía Mayor de Su
Majestad el Rey el oficio autorizando a
anteponer al nombre del club, el honorable
título.
En esos años, en que el ocio y
la diversión estaban en la calle, tertulias en
los bares y en el casino, el deporte y el
partido de los domingos eran la obligada cita
para los comentarios posteriores y no quedarse
desfasado de las noticias, se estaba al día
tanto de la R.S.D. Alcalá como de los equipos
que la visitaban.
El club comenzó a ampliar
secciones deportivas, llegando a contar hasta
ocho, la de baloncesto llegó a jugar en primera
división junto a Real Madrid y Estudiantes. En
la de ciclismo se formó Antonio Suarez, y sobre
todo la sección de boxeo, cuando este deporte
estaba en todo su auge, tuvo gran repercusión en
un gran número de aficionados. Se hicieron
inolvidables las veladas en el Callejón de Santa
María, por su cuadrilátero pasaron muchos
campeones de Castilla de los años cincuenta. La
R.S.D. Alcalá presentó cuatro boxeadores al
campeonato de Castilla de 1954, siendo uno de
ellos campeón del peso superligero (Ortega).
Éste boxeador, fue componente del equipo español
que en los II juegos del Mediterráneo celebrados
en Barcelona se enfrentó a los boxeadores de
Turquía y Alemania, resultando vencedor del
primero y haciendo combate nulo con el segundo.
A Ortega le concedieron la medalla al Mérito
Deportivo de la Federación de Boxeo y de la
R.S.D. Alcalá.
Una sección
original con la que contó fue la de
aeromodelismo.
Muchas fueron las personas que
hicieron que la R.S.D. Alcalá alcanzara sus
mejores momentos, el intentar recordar a todas
sería un trabajo arduo y seguro injusto con
nombres que pusieron en mayor o menor medida su
granito de arena para que el club continuase su
existencia, con la benevolencia del socio y
aficionado quiero recordar a Ángel Gómez Alcalá,
Félix Huerta Álvarez de Lara y Pepe Calleja.
Si grande es la historia del
Alcalá a nivel local, desgraciadamente su mayor
militancia en categoría nacional ha sido en
segunda B. Aunque también es cierto que cuando
obtuvo su primer ascenso, la segunda B la
conformaban menos grupos, estando representado
el fútbol madrileño en esa época tan solo por
Alcalá y Torrejón, al que luego se sumó el
Parla.
Por aquellos años, Eduardo
González como entrenador contó, quizás con una
de las mejores plantillas que ha tenido el
Alcalá en su historia, nombres como Olivares,
Flores, Torres, Uceda, Escribano, Guzmán, Robles
y sobre todo un jovencísimo Pepe Mel que quedó
con 33 goles máximo goleador de todas las
categorías antes de dar el salto al Osasuna,
cedido por el Real Madrid, ya en ese tiempo
empezaba a despuntar un juvenil Gabriel Moya,
que pronto se consagraría como uno de los
mejores jugadores del fútbol nacional, su
potencia, técnica y habilidad le llevaron a la
selección española, jugando entre otros equipos
en Real Valladolid, Atlético de Madrid, Sevilla,
Valencia, Mallorca para volver a recalar en el
Alcalá en la temporada 2000-2001, participando
del ascenso a segunda división B.
Anteriormente Juan Carlos
Pedraza, había puesto la primera "pica en
Flandes", al fichar por el Atlético de Madrid y
llegar a la selección española.
La gran cantera del Alcalá,
hasta los primeros años 80, fue el ejército.
Jóvenes futbolistas que aterrizaban en nuestra
ciudad para realizar sus deberes militares, eran
observados por técnicos y directivos, entre los
que casi siempre se encontraba algún militar,
que como cualquier intermediario de nuestros
días, aunque sin cobrar, facilitaba el chivatazo
del "chaval" que la "toca" bien.
Uno de los últimos jugadores
que militaron en el Alcalá durante su estancia
castrense, fue Ramón María Calderer, jugador del
F.C. Barcelona, e integrante de aquel equipo
español que dejó tan buen sabor de boca en el
mundial de México 86.
La cada vez menor presencia
del ejército en Alcalá de Henares, como
suministro de jugadores, llevó al club a
potenciar la cantera, buena muestra de ello han
sido los numerosos jugadores que han llegado a
militar en equipos de primera división, Calleja,
Marcos, Jaime, Manolo Alfaro, Antonio Acosta,
entre otros.
Y si de una cosa tiene que
estar orgullosa la R.S.D. Alcalá, es de la
organización todos los años del trofeo
Cervantes, un "clásico" del fútbol madrileño,
que donado hasta su fallecimiento por José
Calleja, una de las personas más arraigadas al
club y al deporte de Alcalá, y que ha tenido en
su familia continuidad hasta nuestras fechas.
En las vitrinas del club se
pueden ver los más originales trofeos, como el
donado por Manuel Azaña, siendo presidente del
Gobierno. Copas de campeones de Castilla y de
Primera Regional de diferentes temporadas, así
como el libro de oro en donde figuran las firmas
de personas de gran relieve deportivo.
A finales del siglo XX, la
cada vez más ruinosa situación del club, con una
deuda acumulada bastante fuerte, que le podía
haber llevado a la desaparición, tuvo en Rodolfo
Gómez de Vargas, su ángel de la Guarda, gracias
a su gestión y patrimonio consiguió levantar el
club y dejarlo en unas condiciones óptimas, La
condonación de la deuda por su parte ha hecho
que el club conserve su relevancia y opte a
estar los últimos años aspirando a entrar en los
primeros puestos. Tras siete temporadas, cansado
y enfermo, auque felizmente repuesto, dejó la
presidencia para que se hiciera cargo del club,
un equipo de gestores profesionales, a cuya
cabeza figura como presidente Jorge Carretero,
excelentemente complementado por Daniel Muñoz,
Juan Carlos Pedraza, Joaquín Olmeda y Lorenzo
Jabonero entre otros.
La mayor oportunidad de
ascenso a la segunda división del fútbol español
la tuvo el Alcalá en junio del 2005, cuando en
la última eliminatoria que daba paso a jugar en
la división de plata del fútbol español, el
Alcalá se enfrentaba en el partido de ida un 18
de junio ante el Hércules de Alicante, partido
que contó con una gran entrada en el Val. El
contundente resultado final de 0-3 a favor de
los visitantes dejó muchas sospechas, sobre todo
en la actuación del portero Leal, que había
efectuado una sensacional temporada, y que en el
partido vital su dudosa actuación en las jugadas
que propiciaron los goles fue recriminada hasta
por sus propios compañeros. A pesar del empate
en el partido de vuelta, la eliminatoria había
quedado sentenciada en el Val.